Abdías 5-9 - "Derribados desde la sabiduría, la valentía y la riqueza" - Serie Abdías 03
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Muchos o todos guardamos cosas en lo profundo de nuestro corazón.
Cosas que tal vez nadie puede saberlas.
Me refiero a nuestros temores y aún nuestra seguridad o lo que consideramos que es nuestra seguridad.
Tal vez nadie lo sabe, pero ¿cómo sería ser descubiertos y expuestos en nuestros temores o en las cosas que son nuestra seguridad?
¿En qué estaría nuestra seguridad?
Tal vez es una pregunta muy profunda, que solo lo puede saber Alguien, y es el que Escudriña todos los corazones.
Pero ¿Que tal si nuestras seguridades estuviesen en lo equivocado?
Porque todos nos levantamos de la cama y de alguna manera esperamos que llegará el fin del día y volveremos a ella. ¿Cuál es esa seguridad? ¿En qué está nuestra seguridad?
Había un pueblo que también guardaba cosas en su interior.
Pero La Escritura el día de hoy nos va a mostrar dónde estaba su seguridad y nos va a mostrar que hizo Dios con ella.
¡Y Cómo Dios los derribó desde lo que ellos pensaban que era su seguridad!
Y después de esta porción de la Escritura, nosotros deberemos replantearnos la pregunta: ¿Dónde está nuestra seguridad?
¿Te imaginas ser derribados por Dios mismo desde donde está nuestra seguridad en lo profundo de nuestro corazón que creemos que nadie lo sabe?
¡Pero tal vez yo pienso que estas cosas que guardo en mi corazón y que son mi sustento no son tan malas!
¿Qué opina el Señor al respecto?
Dios también tuvo algo que decir sobre un pueblo que tuvo su sustento en cosas tal vez similares a las nuestras.
Y Dios hizo juicio sobre este pueblo.
EXÉGESIS Abdías 5-9.
EXÉGESIS Abdías 5-9.
Resumen:
Estamos en nuestro tercer estudio de Abdías.
El pueblo del cuál estamos hablando es el pueblo de Edom.
Sabemos que Edom es el pueblo de Esaú, hermano de Jacob.
Los edomitas son un pueblo rencoroso que vivió para destruir a Israel, su hermano.
Vivieron alejados del Señor y vivían sin dar cuentas a Dios.
Era una ciudad muy segura porque habitaban en las cuevas y era su protección.
Fundaron una gran ciudad llamada Petra, que hoy es una de las siete maravillas del mundo moderno.
El crédito se fue con los Nabateos, que fue el pueblo que los desplazaron hacia el Sur.
Dios hizo un juicio por la gran maldad del pueblo edomita.
Habían hecho un gran daño a Israel.
Se burlaron de Israel cuando fue Jerusalén destruida.
Participaron de la destrucción de Jerusalén.
Ese es el Libro de Abdías, el anuncio del juicio de Dios a Edom.
Ahora veamos QUÉ TAN SERIO es el juicio de Dios contra este pueblo:
5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco?
“Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase?..”
El mensaje de Dios es bastante fuerte:
Los ladrones entran a la casa y no se llevan todo.
Un autor dice: “al menos te van a dejar las cuatro paredes”.
“..¿no hurtarían lo que les bastase?..”
Los ladrones no podrían llevarse el techo, aún tendrías la casa.
Pero Dios anuncia a este pueblo:
“..(¡cómo has sido destruido!)..”
¡Él no va a dejar nada!
Será destrucción completa.
¡Ni siquiera Dios dejaría las paredes!
El juicio a Edom, no es un juicio de hombres, sino de Dios y Él golpeará a Edom con toda su plenitud.
“..Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco?..”
Los campos de uvas o viñedos eran cosechados por mucha gente externa, a quienes pedías ayuda.
Vendimiar - recoger o cosechar,
Lo que quedaba en el piso o en la vid sin sacar se consideraba desperdicio. Eso es el “rebusco”.
Nadie lo quería.
Dt 24.21 - Prohibía sacar los desperdicios de la cosecha: “Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda.”
Un campo nunca era totalmente dejado en vacío.
Pero Dios está diciendo que ÉL Sí dejará vacío a todo el pueblo de Edom.
Dios va a arrasar al pueblo de los edomitas.
Los edomitas han olvidado que existe un Dios Creador a quien rendir cuentas.
Tal vez te preguntas: ¿Pero por qué Dios tiene que destruir a un pueblo?
El pueblo de los edomitas, vivía en gran rencor contra Israel.
Luchaba contra Israel que era el plan de Dios para la llegada de un Salvador.
Su rencor les llevaba a ser despiadados con Israel su pueblo hermano.
No temían el juicio de Dios.
Ellos creían que nunca les pasaría nada, no había a quien rendir cuentas.
Dios mostrará: dónde estaba la seguridad de los edomitas:
Qué importante saber esto, porque tal vez nuestra seguridad o de los que amamos también está en estas cosas.
6 ¡Cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados.
“¡Cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú..!
Dios sí conocía el corazón de Esaú (edomitas).
Desprecio a la primogenitura y las promesas celestiales.
Rencor por más de 1200 años, contra Israel.
Sus falsas fortalezas, su seguridad.
¿Recuerdas cómo de difícil entrar entrar a la ciudad principal de Edom, “Petra”, por ser una fortaleza natural de roca?
¿Crees que Dios conoce también en qué ponemos nuestras seguridades?
“..Sus tesoros escondidos fueron buscados.”
La seguridad de Edom que era su tesoro fue expuesta.
El pasaje paralelo a esta declaración de Juicio dice:
10 Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse; será destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser.
Nada de Edom podría escapar del Señor.
¡Realmente nadie va a escapar del Señor!
Cuando no tienes temor de Dios es porque has fundado tu vida sobre tus propias seguridades:
La primera seguridad de Edom estaba en Su riqueza:
7 Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento.
"Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar;..”
Edom - pequeño territorialmente - lugar estratégico.
Zona montañosa, fortalezas de rocas.
Se conoce por la historia que explotaban el oro, el cobre y el hierro.
De hecho, según una investigación científica publicada en 2019, por PLOS ONE, que es una revista científica en San Francisco, USA, investigación de nombre “Tecnología antigua y equilibrio puntuado: Detección de la aparición del reino Edomita en el Levante Meridional”, que tomaron un conjunto de datos arqueometalúrgicos diacrónicos, tomando muestras arqueológicas bien datadas, establecieron un modelo para explorar los antiguos cambios tecnológicos en relación con condiciones sociopolíticas para el análisis transcultural de pueblos antiguos. Y tomaron como ejemplo de su investigación a EDOM.
Te estoy leyendo el Abstract o resumen de esa investigación.
Ellos concluyeron que Edom, en esa zona montañosa, antiguamente, habían explotado de gran manera el cobre y el hierro.
Que era una zona riquísima en esos minerales y que había afectado grandemente a su sociedad.
Esto ya lo conocíamos anteriormente, Edom era un pueblo muy rico en minerales.
Su seguridad estaba en su riqueza.
Aliados - todos querían comercializar con Edom.
Pero Dios dice en Abdías:
“Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar;..”
Sus aliados, naciones que dependían de ellos y que se favorecían, se iban a oponer a Edom.
Edom iba a ser derribado desde donde se creía seguro a causa de sus riquezas.
“..los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento.”
No le servía a Edom todos los acuerdos que tenía con los otros pueblos.
Su falsa seguridad por la riqueza de Edom, iba a ser su perdición.
“..los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti;..”
Los que se beneficiaban de su riqueza, iban a ser quienes iban a querer destruirlo.
Pondrán trampa para beneficiarse de ellos a costa de su perdición.
“..no hay en ello entendimiento.”
¡Pero nada de esto entiendo Edom!
Descansan tanto en sus riquezas que no ven riesgo alguno.
Tienen paz con otros pueblos pero no se habían percatado de los ojos de Jehová.
El pueblo de Edom iba a ser derribado desde sus riquezas.
Pero por lo general, los que confían en su autosustento, también han caído en un segundo gran engaño: Su propia sabiduría.
8 ¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?
“¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?”
El pueblo de Edom, se jactaba de su sabiduría.
No se da cuenta que ante los ojos del Señor su sabiduría es una sabiduría corrompida.
¿Cuántos no nos damos cuenta que nuestra sabiduría también es corrompida delante de un Señor que Sí es Santo y que Sí es Sabio?
Había un hombre que venía del pueblo de Edom, que mostró como es la sabiduría de este pueblo.
Él aparece en Job, y es uno de los amigos de JOB que va a consolarlo cuando él pierde todo.
Dios había permitido la dura prueba del tentador a Job.
Job perdió casi todos sus criados a espada.
Job perdió su riqueza, bueyes, ovejas y pastores.
Job pierde por espada a sus criados quienes le roban a todos sus camellos.
Job pierde a sus hijos e hijas, el techo se cae encima de ellos.
Job es herido en su salud y no puede estar de pie, ni sentado, ni echado por una sarna maligna.
Mientras los edomitas tienen sustento en sus riquezas, Job pierde todas sus riquezas, sus bienes y a sus mismos hijos. ¡Se probaría entonces dónde está la seguridad y sustento de Job!
La esposa de Job le dice: “¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.” (Job 2.9).
Es ahí que vienen tres amigos a consolarlo, y uno de ellos es del pueblo de Edom:
Elifaz temanita, que es hijo directo de Esaú, es decir de Edom.
Una de las principales ciudades de Edom será Temán, que es hijo de Elifaz.
Es considerado el más sabio del grupo y más respetado de los amigos.
Hemos estudiado cada uno de los versículos de Job hace un tiempo y ¿recuerdas qué hemos encontrado?
Sabiduría del mundo.
Elifaz es un hombre religioso, cree en Dios, pero su sabiduría está corrompida.
Los edomitas se jactaban de su gran sabiduría, y 1100 años antes de su juicio ya vivían pensando que eran hombres muy sabios.
Elifaz acusa a Job de no ser un hombre sabio como ellos:
17 Escúchame; yo te mostraré, Y te contaré lo que he visto; 18 Lo que los sabios nos contaron De sus padres, y no lo encubrieron;
Ya en el pueblo de Edom, había una creciente sabiduría que cada vez se apartaba de Dios.
Y aunque es el amigo que tiene consejo más claro para Job, igualmente se ha apartado de la sabiduría divina.
Su punto principal es la doctrina de la retribución:
Si te está pasando algo malo, es porque has pecado contra Dios.
Elifaz tiene torcida la sabiduría:
Si uno no peca Dios solamente le llenará de bendiciones.
Elifaz acusa a Job de encubrir su pecado.
Al final, en vez de consolar en el Señor a Job, los tres amigos y el más sabio de ellos, Elifaz, solo intentan hundir emocionalmente a Job, quién no cae en las artimañas de la sabiduría de sus amigos.
¿Y sabes qué hace Dios en el final del libro de Job?
El Señor busca a Elifaz para decirle que realmente no lo conoce, que su sabiduría es inútil:
7 Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.
La sabiduría de Elifaz, hijo de Edom, no le servía para nada si realmente no lograba conocer a Dios.
Este edomita, ¡No era un hombre sabio como creía!, sino la ira de Dios estaba sobre él!
¿Te imaginas vivir pensando que eres un hombre sabio o mujer sabia toda tu vida sin darte cuenta que tienes el juicio de Dios acumulándose sobre ti?
Ahora podemos comprender mejor:
(LEER Nuevamente Abdías 8, LEER)
8 ¿No haré que perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?
¡Increíble! La ira de Dios contra los hombres que se consideran más sabios, y que aún en nombre de Dios, pueden expresar o intentar expresar sabiduría.
Dios está diciendo que aún los sabios de Edom, que no sirvieron para nada, perecerán.
No usaron la sabiduría para alcanzar la honra al Creador.
¿De qué sirve la sabiduría sin el Creador? ¿Una falsa sabiduría?
¡Cuántas personas guían su vida, con sabiduría propia, de experiencia, por la edad, o vivencias que han tenido, creyendo que esa es la sabiduría o la dirección para su vida, en vez de la Palabra del Señor?
La sabiduría de Edom, no es suficiente, es el refugio y la seguridad de Edom, y por causa de ello serán destruidos.
Pasaje paralelo de su destrucción:
20 Por tanto, oíd el consejo que Jehová ha acordado sobre Edom, y sus pensamientos que ha resuelto sobre los moradores de Temán. Ciertamente a los más pequeños de su rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.
Destrucción venía para los que se consideraban tan sabios.
Dios había resuelto ya el juicio contra este pueblo.
Edom se refugiaba en las rocas, en su riqueza, en su sabiduría, pero también en su valentía:
9 Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago.
“Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago.”
Son un pueblo guerrero, continuamente pelean contra Israel.
Sus valientes serán amedrentados.
Edom, tiene como seguridad su valentía.
Tienen muchos hombres valientes y ha sido su sustento.
De hecho, un hombre muy valiente y poderoso, descendiente de Esaú, llegó a ser rey de Judea.
Herodes el Grande.
Los edomitas, después de ser desplazados por los nabateos de su ciudad Petra 300 a.C., se establecieron al Sur de Judá.
Por la invasión de los griegos la zona de Edom fue cambiado de nombre por Idumea.
Así que los edomitas fueron conocidos como los idumeos desde ese momento.
Judas Macabeo y Juan Hicarnus conquistaron Idumea y les obligaron a convertirse a la fe judía.
Pero nació un hombre, edomita o idumeo ahora, que recibió el nombre de “Herodes”, que luego por su valentía y poder, el senado romano lo nombró Rey de Judea, y él anexó bastante territorio a su reino, incluido Edom o Idumea.
Conquistó Jerusalén con ayuda de los romanos, anexó a su reino Samaria y Galilea.
Era admirado por sus espléndidos edificios y algunos castillos que había construido.
Construyó Cesarea, un puerto que era tan grande que rivalizaba con Alejandría como puerto.
Hasta el día de hoy, se dice que las estructuras romanas más conservadas se pueden encontrar en esta ciudad que construyó Herodes el Grande.
Se requiere de mucho valor y valentía para ser el conquistador de tan grandes territorios a favor de Roma, siendo idumeo o edomita.
Fue tan hábil que su gran hazaña fue la reconstrucción del Templo de Jerusalén.
Los romanos la admiraban y la visitaban.
Él no era de la fe, solo era un gran estratega, valiente conquistador.
Hoy queda el muro del templo en Israel, el templo que construyó Herodes para congraciarse con los judíos.
¡Qué hábil edomita y que valiente conquistador! Tenía la sangre de los valientes edomitas.
Pero que lejos está la valentía del mundo de ser la valentía de Dios.
Herodes el Grande, por temor a perder su reino:
Mandó a matar a los menores de 2 años para que así matasen al nuevo Rey que los magos habían anunciado, es decir al Señor Jesucristo.
Su valentía y aferrarse al poder le llevaba a los actos más despiadados, convirtiéndose en uno de los mayores asesinos de niños.
Se casó con 10 mujeres y tuvo 15 hijos.
Según Josefo, el historiador del primer siglo, Herodes tenía a su esposa favorita (una judía) de nombre “Mariana I”. Estaba tan desquiciado que había ordenado que si él moría en alguno de sus viajes, debían matar a su esposa favorita para que nadie pueda tenerla.
Herodes asesinó a los padres de Mariana, pero por los continuos reclamos de Mariana, Herodes mandó a ejecutar a su esposa.
Este hombre valiente y conquistador, idumeo, estaba fuera de control.
Sospechó que dos de sus hijos querían su reino, y para no perder su trono, mandó a matar a sus dos hijos: Alejandro y Aristóbulo.
Como ya estaba enfermo y muy enfermo. Estaba preparando los detalles de su muerte.
Josefo el historiador dice que la orden de Herodes fue que cuando él muera, también debían matar a todos los judíos ancianos encarcelados para que así el pueblo judío estuviese de luto en su muerte.
Y como segundo decreto: apenas muera Herodes, debían ejecutar a su hijo Antípatro.
Esta es la valentía de Herodes, edomita.
¡No tienen temor de usar la espada, mientras haya que cuidar su seguridad!
No hay Dios a quien rendir cuentas.
Los siguientes idumeos hijos de Herodes el Grande, siguieron el camino de su padre.
Herodes Antipas, mandó a decapitar a Juan el Bautista y se burló de Jesús antes de devolverlo a Pilatos.
Herodes Arquelao, gobernador violento y corrupto.
Herodías, su nieta, participó para que decapiten a Juan el Bautista.
Herodes Agripa I, persiguió a los cristianos para ganar el favor de los judíos.
El legado de los edomitas.
Así que cuando volvemos a Abdías 9, no debemos sorprendernos de la valentía que Dios iba a derribar de los edomitas o idumeos.
Nuevamente Abdías 9.
“Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago.”
Dios juzga la valentía de los edomitas, la espada de los edomitas.
Su valentía les llevó a ser hombres de guerra a pensar que esa era su seguridad y que podían estar a salvo con ella sin tener que rendir cuentas a Dios.
Pero se cumplió lo que Dios dijo, fueron empequeñecidos.
Petra fundada por los edomitas, nadie piensa en ellos, sino que las maravillas de Petra son atribuidas a los Nabateos, el pueblo que los desplazó al Sur.
Idumea, después de los Herodes, fue perdiéndose poco a poco hasta que fue absorbida por Roma.
MEDITEMOS EN LA PALABRA
MEDITEMOS EN LA PALABRA
Ya sabemos lo que pasó con Edom. ¿Pero qué pasará con nosotros o con los que amamos?
Apliquemos el pasaje de Abdías a nuestras vidas.
Primero, no debemos olvidar lo que el pueblo de Edom olvidó:
Que Dios escudriña los corazones.
¿Sabes? Dios sí sabe lo que ahora mismo está en tu mente y en tu corazón.
Este es el error de los pueblos que viven en oposición a Dios.
Es el error de los incrédulos.
Salmo 14:1a (RVR60)
1 Dice el necio en su corazón: No hay Dios...
Y mientras vives engañado porque no hay a quien rendir cuentas, Dios dice:
10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
¿No recibió Edom el fruto de sus obras?
¿Qué hace pensar a las naciones, países, gobiernos, familias y personas, que Dios no pagará según el fruto de sus obras?
Vamos a decirlo de otra forma:
¿Cómo podemos vivir sin rendir cuentas al Señor?
Para los creyentes:
Rendir cuentas al Señor de nuestra fe, de las obras de nuestra fe, de cómo empleas tu tiempo, de cómo eres como creyentes o cristiano, de cuánto haces lo que encargó: discípulos, de cómo eres como hijo, esposo, padre, madre, de cómo honras al Señor que te salvó, cómo llevas una vida que da gloria a Dios.
Para los incrédulos:
Rendir cuentas de qué estás haciendo con tu vida, cuando Él Santo Hijo de Dios, ha venido al mundo a pagar nuestras culpas, pero es por ti rechazado. No hay arrepentimiento en tu vida, no hay fe en el Hijo de Dios. Vas a rendir cuentas principalmente por ello y por todas las obras resultado de una vida sin propósito.
Edom, vivía sin arrepentirse y fue derribado.
¡No debemos vivir ignorando que DIOS por derecho de Creador escudriña la mente y prueba el corazón para darnos el fruto de nuestras obras.
Aquellos que ignoran a Dios, ponen su seguridad en vanas cosas:
Edom puso su seguridad en sus riquezas, en la sabiduría de la que se jactaba y en la valentía de sus hombres.
¿Acaso alguno de nosotros o de los que amamos tiene su seguridad en las riquezas?
¡Porque estas un día van a desaparecer como las de Edom!
¿Acaso alguno de nosotros también se jacta de la sabiduría por tus experiencias, por tus años de vida, por las cosas que has atravesado y crees que puedes resolverlas aunque estén lejos de la Palabra?
No confundamos la sabiduría del mundo con la sabiduría que viene por el temor del Señor.
Hay una sabiduría que no viene las experiencias de la vida, sino por el temor de Dios y la honra a Su Palabra.
¿Acaso alguno de nosotros también tiene la vida solucionada por la gran valentía que hay en nosotros para enfrentar las cosas?
¿También en nuestra valentía está nuestra seguridad?
La verdadera valentía es como la de Josué, que puede obrar sabiendo que Dios está con él y que la raíz de su valentía no está en Josué mismo, sino en el Dios que lo acompaña.
La verdadera valentía es como la de Cristo, que puede ir aún con gran estremecimiento del cuerpo hacia la cruz, hacerlo con gozo, porque sabe que cumplirá con el propósito redentor del Padre y en agrado a Él.
La verdadera valentía no es la valentía de los edomitas, fuera del Señor, sino la que se rinde a Jesucristo.
¿Cuál es tu valentía?
Porque vemos padres creyentes o cristianos, que pueden trabajar o hacer grandes esfuerzos por sus hijos o esposas en sus trabajos, madrugar, hacer sacrificios, pero no son capaces de hablarles de Cristo o corregirlos en el Señor.
¿Cuál es tu valentía?
Porque vemos esposos y esposas creyentes que sí pueden afrontar y defender como leones a su familia cuando alguien los mira mal, pero pueden vivir sin arrodillarse ante el Señor y nunca defenderlos de un sistema corrupto y perdido, contaminado de pecado.
La valentía fuera del conocimiento de Cristo es la valentía de los edomitas.
Tal vez tu valentía no te llevará a matar a todos los niños menores de 2 años como el edomita Herodes, o a terminar con la vida de tus hijos para que no ocupen tu trono.
Pero ojalá que nuestra valentía no nos haga mostrarnos poderosos delante de nuestros hijos, de tal forma que vean cómo nos sustentamos a nosotros mismo y que no necesitamos la dependencia del Señor y entonces también les empujemos a vivir lejos de la dependencia de Jesucristo.
Y entonces ¿Cómo debemos sustentarnos, o en qué o en Quién?
La Biblia sí nos muestra algo distinto al pensamiento o al sustento de Edom:
23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Si pudiésemos alejarnos del engaño de Edom, o de la serpiente, para que nuestro propósito no sean las riquezas, ni la sabiduría, ni la valentía propia, sino en conocer a nuestro Señor:
Conocer en este caso, no es solo de conocimiento, sino de experiencia de vida o propósito.
Su maravillosa misericordia,
¡Cómo ama el Señor, de tal manera que hace provisión de salvación para nosotros!
¡Su santo juicio a los que no somos inocentes!
Su gran justicia, condenando al impío pero teniendo misericordia del que se arrepiente.
¿Por qué confiaríamos en las riquezas, la sabiduría y valentía del mundo cuando podemos conocer la GRACIA DEL SEÑOR que Sí puede darnos un sustento eterno y verdadero?
Y conocer al Señor es distinto a lo que hicieron los edomitas.
Vivían en oposición a los planes del Señor, intentando reducir al pueblo del cuál vendría el Salvador Jesucristo.
¿Conoces a Dios?
¿Te has rendido al Salvador?
¿Conoces a Dios?
¿Sabes que Dios Padre ha dado a Su Hijo para que no terminemos como los edomitas?
¿Sabes que la honra a Dios no está en las riquezas, sabiduría ni valentía, sino en cuánto dependemos del Señor Jesucristo para salvación pero también para toda nuestra vida o santificación?
No ignoremos lo que ignoraban los edomitas, sino seamos instrumentos del evangelio de buenas noticias al mundo en Jesucristo.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Dios sí escudriña los corazones. No vayamos a ser hallados en que nuestra seguridad está en las riquezas, sabiduría del mundo y nuestra valentía.
El libro de Abdías nos muestra a Dios Santo y Justo que derribará a los sabios del mundo, a los que se guardan en sus riquezas y en su valentía.
No vayas a pensar que Dios no los derribará, lo hará en esta vida, o en el momento del juicio.
Abdías es un recordatorio de que el juicio es inevitable.
Pero no olvides algo más maravilloso aún. También hay un recordatorio de gracia.
Unas manos perforadas, un costado atravesado por una lanza, una corona de espinos que atraviesa al Justo, una cruz en la que un Hombre Perfecto, Dios perfecto, paga la culpa de nuestros pecados.
NUEVAMENTE LEER:
23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
A quienes somos creyentes: Que nuestra seguridad sea únicamente Jesucristo.
A quienes no son creyentes: No tienes que recibir el juicio de los edomitas. No tienes que ser derribado desde tu seguridad, y mucho menos eternamente. Deja tu seguridad en Cristo.
3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Pon tu fe en Jesucristo, que Él está dispuesto a salvar a los que lo buscan de verdad.
Vamos a orar.